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viernes, 30 de julio de 2010

Algo del Perú


Hace rato echado en mi cama sentí la obligación, la necesitad y hasta el compromiso de escribir unas líneas de homenaje a mi país, Perú. Es tarde (me he dado cuenta que es algo subjetivo, pues, para mi es tarde, pero para lo dudo) y como de costumbre trataré de escribir algo en lo que me queda de batería (17%), pues ahora hasta me esconden el cargador de la portátil.

Volviendo al tema. Hace rato leí que ya no se cantaría la primera estrofa del Himno Nacional, sino la sexta (la última) por un tema de hacernos sentir mejor, ya que cantar: Condenado el peruano oprimido…, no era pues. Esto me hizo recordar que, ya hace mucho tiempo, en la formación de los lunes en el colegio (cuando recién aprendía el Himno Nacional), justamente el inicio de la primera estrofa era “chocante” (por decirlo así) para mí. Exactamente, la palabra: condenado. Acabo de soltar una risa porque recordé que para mí “condenado” era una “mala palabra” en ese tiempo. Ya no. Me da gusto tener cantar la sexta estrofa en vez de la primera.

Me queda 11% de batería. Tengo que decir que me honra ser peruano y mucho. Me gusta Perú porque es un país creativo, con una comida de la puta madre y con una variación del español increíble, para mí bueno.

La comida es lo mejor. ¡Qué rico!

No conozco todo es Perú y ni lo haré, creo, no por qué no quiera pero, conocer TODO, no creo.

Esta cojudez de computadora acaba de hibernar (5%) y aún queda cosas por decir sobre este hermoso país. Por ahora: ¡Felices fiestas Perú! (aunque hoy sea 30 y no 28 ni 29)

Continuará…

29/07

2:18 a.m.

sábado, 24 de julio de 2010

¡Ay LAN, deja de joder!


Es tarde y realmente tengo ganas de pegar el ojo, son las 2:11 a.m. Pero no quiero dejar esto para mañana o quizá para más tarde, que en realidad es más probable que sea mañana porque suelo escribir pasando la media noche.

Hoy contaré la experiencia que tuve el pasado lunes. No sé si buena o mala, en todo caso buena y mala.

Mi mami manejaba el auto (un Nissan Rasheen), rápidamente debo decir, por la Av. E. Faucett en ese tramo de la “vía expresa” que nunca se terminó con dirección al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Yo viajaba a Chiclayo después de casi 7 meses.

Mi equipaje era: una mochila (muy pesada y que la llevaba en la espalda), un maletín, una bolsa (donde llevaba mi raqueta de tenis, las bolas de tenis y algo más), a estos tres les llamaré “maletines”; el otro era una bolsa con una pizza dentro que sobro del día sábado, a esto le llamaré “pizza”.

Estando dentro del aeropuerto quise dejar dos maletines en el vagón del pequeño avión y llevar el otro (la mochila) como equipaje de mano.

– Mejor no Ángel – dijo mi querida madre–, lo llevas arriba.

– No mamá –le refuté–, mucho bulto.

Hice la cola, recuerdo que hicieron la primera llamada del vuelo y yo le pedí a una señora que me cediera su sitio y ella muy generosamente, accedió. Era mi turno, la señorita que me atendió era hermosa y para que me entiendan “estaba buena”. Ella me pidió mi DNI y la tarjeta de embarque y, con mucho gusto, se los mostré. Mi DNI azul (de 17 años) estaba en trámite, a si que le mostré la constancia del trámite, a lo que me pidió el permiso de viaje (el que le hacen los padres a los hijos menores de 18 años ante un notario y le dan permiso para viajar solos) y no lo tenía. Estaba algo nervioso, porque le explique a la bella chica que en otras ocasiones ya había viajado sin el permiso y ella llamo a su superior, el cual negó lo que afirmaba. Entonces vino mi mami (muy hermosa) a ver lo que pasaba.

Resumiendo lo que pasó, mi bella madre enfureció contra el superior, el que había llamado la chica que me atendió. Mi mami estaba allí presente y su palabra valía, ya había viajado sin el costoso permiso, tengo 17 años y no 10 como para no poder viajar solo. Tanto mi mami como el huevón del jefe estaban molestos, enojados y con la cara roja, mi madre más aún cuando el huevón ese la amenazó con bajarme del avión (¡imagínate!)si llegase a subir, ya que mi mami tuvo la idea (que en realidad esa fue la idea desde el principio solo que, yo no quise tener 3 maletines y una pizza como equipaje de mano, pero mi mami también cometió el error de confiarse y no sacar el puto permiso) de irme de directo con los 3 maletines y la pizza al avión.

Recuerdo que el tío ese le entregó un papel con un número a mi mami, número al que estuvo llamando todo el rato y discutiendo con la chica que le contestó. Juro que si mi mamá no tuviera ese carácter tan amable, cordial y respetuoso, ese tío tuviera moretones y rasguños en la cara, y mi madre quizá en una comisaría y yo en Lima aún.

Nos arriesgamos, mi mamá pago la tarifa aeroportuaria y entré, pero antes de eso le entregue la pizza (cosa de la que estoy muy arrepentido) ya que estaba nervioso, estresado y, de esto me di cuenta después, respirando rápido por la boca.

Pasé por las revisiones, un primer señor me pidió mis documentos pero no se percató de que era menor y no lo tenía. Luego pasé por donde te revisan los objetos, tanto tu equipaje como tus accesorios personales. Estaba muy ansioso, me olvide de sacar las llaves de mis bolsillos y algo de dinero que llevaba, y cuando pasé por la puerta de seguridad (no se su nombre exactamente) sonó, algo que me puso más ansioso. El señor de seguridad me pidió que levantara los brazos y me revisó mañosa y minuciosamente, algo que me fastidió mucho pues soy un chico de 17 años, ¿qué peligro puedo presentar? En fin.

Recuperé los tres maletines y caminé por el pasillo con pasos muy, muy largos. Miré en la tarjeta de embarque la puerta por donde salía el vuelo a Chiclayo, “por confirmar” decía. Miré por las pantallas qué puerta era: la puerta 13. ¿Dónde mierda es eso?, pensé ya muy estresado. Miré a ambos lados y las señales, no había puerta 13. Desde allí aprendí que no solo hay que mirar a los costados sino también ARRIBA. Estaba parado en la puerta 13, e incluso por un par de metros no estaba en la fila. Para asegurarme le pregunté a un señor de la fila, efectivamente estaba en la cola y me puse detrás de él (pues el señor estaba al final). Justo era la fila de los asientos del 1 al 12.

La fila empezó a moverse cuando terminó de entrar la otra fila (asientos del 13 al 25, creo). Estaba cada vez más nervioso, cuando pasé por la puerta el joven de LAN solo me pidió la tarjeta de embarque y pasé, sin darse cuenta de la ausencia del permiso. Serán tan pendejos los hijos de puta para bajarme del avión, pensaba mientras atravesaba la manga o el brazo. Entré y saludé muy cordialmente a la aeromoza (cosa que siempre hago, solo que esta vez fui más “obvio”, por decirlo así).

Mientras pasaba por el pasillo dentro del avión pensaba cómo sería el momento de mi expulsión del avión, sería el roche de mi vida. Puse 2 de los 3 maletines en los compartimientos de la parte superior (bien al fondo debo decir, ya que así me demoraría más cuando los señores ineptos de esa aerolínea del carajo intenten bajarme del avión) y me senté en el 5L, mi asiento.

Me puse a leer el último libro de Jaime Bayly (Morirás Mañana), el cual llevé en mi mano todo el camino muy incómodamente. Pero antes de eso llamé a mi mami, le dije que ya estaba en el avión y que aún no pasaba nada y, que no se preocupe. Empezaron las llamadas (“señores pasajeros…”), putamare, me dije, ahorita dicen mi nombre. Me puse en una posición menos visible (algo estúpido que solo era para evitar la vista con los de LAN), como “haciéndome el loco”. No estaba dispuesto a bajar del avión, si me bajan será el roche de mi vida, pero me enfrentaré con quienes tenga que hacerlo, además igual será el peor roche, si lo empeoro me importará un huevo, pensaba.

Llegue a pensar que Dios no quería que suba al avión porque se iba a estrellar o a caerse o qué sé yo. Pero pudo haber sido así, en fin. El avión empezó a moverse y luego despegó. Increíblemente fue el vuelo más tranquilo que tuve, excepto al principio ya que bajaron la intensidad de la luz y yo quería leer, entonces prendí el foquito de arriba y cuando intenté moverlo se salió la cosa que lo cubría. Concha su madre, la cague, me dije, aunque para mí era una cierta forma de venganza en ese momento. En el momento del refrigerio (que lo habían cambiado, ya no era lo de siempre), la aeromoza (hermosa) lo compuso.

Llegue a Chiclayo y en el taxi mi madre (que cuando maneja parece “microbusera “), me dijo que tenía ganas de “sacarle pica” al gilipollas del superior. Así que lo haremos de regreso a Lima. Mi mami fácilmente le soltará un lerolero y yo le diré que es un incompetente y me reservaré de decirle que es un huevón hijo de puta por respeto a mi señora madre.

LAN, aerolínea de los cojones, con ese huevo de empleadas guapas y “ricas” con esa sonrisa tan estirada (y a veces provocativa), que si no tuviesen ese uniforme tan aristocrático cualquiera pensaría que son unas grandes putas; y con esos tíos de saco y corbata tratando (porque son unos desmañados e ineptos) de hacer bien su trabajo para que sus jefes se impresionen, son una sarta de maricones que piensan que pueden aprovecharse de cualquier persona inventándoles cualquier escusa sin sentido. Por eso vuelen en TACA.

¡Ay LAN, deja de joder!

3:05am

24/07

miércoles, 14 de julio de 2010

"Ai dont espik ínglish"


Uno de mis mayores “problemas” (si fuera por mí no lo sería) es el famoso Inglés, muy conocido y usado por muchas personas en este planeta (quería poner un adjetivo, pero creo que planeta admite muchos así que “ya fue”). “Estudié” ingles desde chiquito, es claro que algo aprendí, pero haber pasado por un colegio donde desde primaria me enseñaron inglés, por el famoso ICPNA (que en realidad solo es pura vida social), y no haber logrado un nivel de inglés (digamos aceptable), es algo “decepcionante”.

Algunas veces pienso (algo muy difícil para mí) y digo (eso es más fácil): “¿Por qué tengo que aprender inglés? ¿Por qué los demás no aprenden español?”. A lo que muchas personas que me escuchan me responden que el español es más difícil de aprender, poniéndome ejemplos de putos verbos y sus tiempos: “Mira en inglés es: You play, I play; en español: Tú juegas, Yo juego,… (esta es la parte del floro)… por eso es más difícil”. Estoy jodido. O mejor que se jodan ellos, ¿no?

En la universidad que estoy estudiando (ya me da “roche” poner comillas cada vez) psicología (“para que te cures, seguro…”) me exigen llevar un curso llamado: ENGLISH, este lindo (sarcástico, obviamente) curso tiene seis niveles (English 1, 2, 3…). En el mes de febrero yo fui a la universidad para dar un examen de ubicación de nivel para el curso ese feo. Yo pensaba (otras de las pocas veces que lo hice) que me pondrían en el nivel 3, hasta 4, pensé; ahora me pregunto dos cosas: Uno, ¿cómo coño logré pensar? Dos, si pienso poco, ¿por qué cuando lo hago, no soy realista (quise poner: racional, pero “nica” soy racional)? Bueno, en fin, ya se imaginarán en qué nivel me pusieron los hijos de “pulpa” (perdón pulpo Paul) esos.

Ya acabó el primer ciclo, por lo tanto el curso también y se varias cosas:
• La miss Rebeka me odia cariñosamente. (¿ah?)
• No sé si desaprobaré, ojalá que no.
• Sí desaprobaré English 2, salvo que el pulpo Paul diga lo contrario.
• No aprendí ni mierda.
• Falté mucho a clases porque vivo lejos (“y quién no”) y me tenía que levantar a las 5 a.m. (lo hacía a las 5:45 a.m. en realidad) los días martes y jueves, muy temprano en realidad (me canso de repetirlo).
• En este curso me divertía más, quizá porque no entendía.
• Definitivamente alguna vez me dije: Si así es inglés 1, ya me jodí.
• …

¡Vaya! Ahora, ¿qué hago? Tengo que aprender inglés sí o sí (como el de La Tinka). Me van a tener que introducir, penetrar ese puto idioma a la fuerza. ¡Eso sí dolerá! (risas, muchas risas) Y mando un especial saludo a todos mis profesores de inglés que algún día tuve, gracias. Y que Dios ampare a los que vendrán. ¿Podré hablar inglés algún día? (no me respondas) ¿Lograré sentir esa sensación rara, desconocida de NO hablar español ni huevadas? (tampoco respondas) Esto se pone bueno…

Continuará……… algún día……

14/07

3.22am